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Me voy a la cama con mal sabor de boca. Porque noto que la persona que más quiero se me escapa entre los dedos. Soy imbécil, no valoro lo que tengo, solo me quejo y me quejo, esto no puede seguir así. Espero que se lo pase bien allá donde va, porque de verdad se lo merece por aguantarme, por soportar este tipo de cosas que escribo ahora... pero es que si no lo digo reviento. Que te quiero, que te amo, que te necesito en mi vida.

No me importa que las lagrimas resbalen por mi mejilla y tampoco me importa contarlo. Solo necesito desahogarme sin que nadie me consuele. No se por qué pero cada día todo me va peor y a medida que desciendo peldaño a peldaño al abismo de la inaptitud, me pongo cada vez peor. Porque me digo a mi mismo, voy a superarme, voy a conseguirlo y no tengo ni un ápice de fuerza de voluntad. No tengo ni fuerza de voluntad para agarrarte bien fuerte y que no te me escapes. No tengo fuerza para nada.

Se que debería cambiar pero algo por dentro me lo impide, y me frustra. Porque te quiero más que a nada en este mundo. Si te pasara algo, si me quedara sin ti... no se que haria.

No quiero llorar más. Quiero reirme junto a ti, dar un bonito paseo, escribir algo bonito, terminar el bachillerato, que vengas a madrid y que tengamos una relación más estable. Sin que yo tenga que estar celoso, ni que tengas que aguantarme las estupideces. Que madure de una vez y te muestre que puedo conseguirlo. Que puedo estar contigo el tiempo que me pidas y el tiempo que quieras.

Porque te quiero. Te amo. Te adoro. Te idolatro. Podría seguir, pero el cansancio y las lagrimas me lo impiden... me voy a dormir como dije antes, con mal sabor de boca. Que te lo pases bien en Roma, que te lo mereces de verdad.

Adios a todos, nos vemos cuando vuelva a tener ordenador.